Aunque parezca mentira, ese astronauta esté en uno de los pórticos de la catedral de Salamanca. Es muy famoso allí y todos los que visitan la ciudad acaban reparando en él. Pero, quienes no lo conozcan, que no se asombren. No se trata de ningún descubrimiento asombroso de la ufología. No bajaron los dioses extraterrestres a levantar esa mole de piedra arenisca que es la catedral. Se trata simplemente de que, cuando los canteros reparan algo, introducen algún elemento nuevo para que se sepa que es obra nueva y no original. Y alguien tuvo el detalle cachondo de poner ese astronauta flotando entre las imágenes sacras del pórtico.

            Seguro que en alguna revista de ufología poco sería de algún país remoto aparece ya el astronauta como muestra de la visita de extraterrestres en siglos pasados.