Subió a los infiernos y está sentada
A la diestra de sí misma
Tiene en la mano empuñada
Una pluma
Y no sonríe ni espera la resurrección de un muerto.
Ana María Rodas
Subió a los infiernos y está sentada
A la diestra de sí misma
Tiene en la mano empuñada
Una pluma
Y no sonríe ni espera la resurrección de un muerto.
Ana María Rodas
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