… y algunos se regocijan y otros se lo toman a broma. Los hay que quitan hierro al asunto con un «bueno, ya sabes, es una gamberrada, una frikada, no es para tanto, ya lo arreglarán». Incluso nos encontramos con el aún mejor: «se lo estaba buscando, estaba pisando unos cuantos callos».
Reacciones así son todas muestrario de la falta de formación de parte de la población española. De la actitud entre encanallada y pueril hacia las vulneraciones de derechos y la comisión de infracciones, o delitos, en la Red.
Tumbar la web de alguien, lo mismo que divulgar sus datos, es heredero online de aquello de quemarle el coche o destrozarle la luna del negocio. El objetivo es dañar y amedrentar, y de paso advertir a todos aquellos que pudieran tener la osadía de oponerse a los que cometen tales actos.
A muchos todavía no les entra en la cabeza que la Red existe de verdad, por muy intangible que sea. Que estos desmanes causan daños económicos y morales a sus víctimas.
Peor es aún que haya quienes justifican, disculpan y hasta defienden todo este borroqueo online.
Es pésimo que haya ciberpredicadores que pretenden convertir la Red en una especie de far west en el que no ha de imperar la ley sino la «palabra sagrada» que ellos imparten. Eso nos lleva a este salvaje oeste online. Asaltos, linchamientos, matonería. Se pavonean los salteadores, los tahures y los cuatreros. Y los escarnecidos son aquellos que tratan de defender su propiedad intelectual o se pronuncian en público contras los nuevos mesías. Todos estos osados se arriesgan a tener que verse las caras con los ciberpistoleros.
Cuando no impera la ley, no hay más libertad sino menos. Los que están en posición de fuerza pisan a los que pueden menos, y a los que opinan de forma distinta o simplemente les caen mal, les cierran la boca a golpes.
Aquí lo estamos viendo.
La cosa es aún peor de lo que lo cuentas, León. Ni siquiera era una web “personal” de Lucía. Era una revista on line en la que escribíamos 25 profesionales y que se actualizaba día a día. Se había convertido en un medio, si funcionaba, por el que poder ganarnos la vida, de forma precaria sí, pero un camino más en esta España en crisis. Lucía era la directora, bien es cierto, pero teníamos total libertad a la hora de redactar y publicar nuestros textos. El ataque ha sido, simplemente, una venganza personal de gente que no la traga. Están en su derecho a disentir con sus actitudes o posicionamientos, a que no les guste como escritora o incluso como persona pero ¿es lícito quemarle el negocio (que aún ni era) en el que otros colaborábamos e intentábamos sacarnos unos eurillos? Tú lo has dicho, nazismo puro y duro. Todo amparándose en una teoría que caló hace tiempo en nuestra sociedad: yo tengo razón y tú no. Yo soy el bueno y tú el malo. Yo soy el bien y tú el mal… Y por eso tengo el derecho moral a callarte la boca. Miedo, mucho miedo me dan estas cosa. Bueno, a buscarnos la vida de otra manera… si nos vuelven a dejar estos fachas.
Tienes razón y te pido disculpas. En el primero borrador ya indicaba que se trataba de una revista online, pero se volatilizó en la corrección. Es lo que tiene el trabajar con word. Lamento oír que los daños son de tal magnitud. Pero ¿no se va a arreglar la web? ¿O se da por perdida?
León. Muchas gracias por tu apoyo. Aún no sé a quién hacíamos daño con esto. Salud
Y aunque hicierais daño, hombre. De ser así, estarían los tribunales para defenderse. Insisto. En red, con el aplauso de muchos, se están conculcando las libertades públicas.
Creo que no salió la respuesta. Decía que, aunque hicieseis daño. ¿Qué actitudes son estas? Si alguien te ofende, le respondes. Si te injuria, vas a los tribunales. Si te critica, pues te aguantas. Jamás coges la lata de gasolina y le pegas fuego al jardín. Pues esto lo mismo, a ver si nos vamos enterando.
No hay nada que perdonar porque voy más lejos en tu razonamiento: aunque fuera una web personal tendría el mismo efecto. “Te perseguimos allí donde estés y nos importa un rábano los daños colaterales.” Es el famoso: vamos a por ti. De momento llevan siete horas de ataques y no parece que se vaya a poder levantar porque el informático que lo lleva, a diferencia de los hackers, trabaja. Y supongo que aunque se levante mañana, esta gente no lo va a dejar. Así que, bastante curro da ya de por sí llenarla todos los días de contenido como para tener que luchar cada mañana contra los ataques de un grupo de… Es lo que tú decías: Cuando no impera la ley, no hay más libertad sino menos.
Cierto amigo. O rizando el rizo: cuando no impera la ley, los matones imponen su ley.
Me adhiero completamente a los comentarios anteriores y expongo aquí mi absoluto desprecio a todos/as aquellos q coartan la libertad de expresión en La Red.Si no les gusta lo que se dice ¿qué? ¿Con qué derecho atacan?….Me ponen de muy mal humor estas cosas…!
Cada vez más se transfiere a la Red, y es preciso, ya que esta es una de las fronteras de nuestros días, defender con vigor los derechos cívicos aquí también. Y no quedarse callados es el primer paso.
Buenos días de nuevo
Curioso que la misma gente que tumba webs porque las opiniones vertidas en ellas no les gustan, pongan el grito en el cielo porque cerraron Megaupload o quieran cerrar webs de descarga.
He leído por ahí que esto es una “guerra ideológica”, entre gente que tiene una concepción de cómo han de distribuirse las obras creativas en Internet, entre la idea del “todo gratis” y la del “copyright”.
Un saludo.
Juan.
Gracias por el comentario, Juan. Las pugnas ideológicas siempre existirán y son legítimas. Pero en el fondo, como siempre, lo que hay es un combate entre sectores industriales y lobbies por dinero. Así de claro. Me permito recomendarte una entrada sobre estos pormenores; pertenece a otro blog, que dedico a Políticas Culturales. Al final fastidia que engañen a la gente al socarie de supuestas defensas de «libertades». El enlace en cuestión es de cómo el fin del canon, tras tanto circo, no supondrá ahorro al pobre ciudadano, sino más desembolso, mientras los que han sacado tajada mediática ahora sí que guardan un «prudente» silencio. http://armasybagajes.leonarsenal.com/2012/01/11/adios-al-canon-digital/